Un poema de Emiliano Pérez
un brote nace
interrumpe los días
la luz
un temblor despierto
atraviesa
las esqueléticas ramas
que dejó el otoño
hacia dentro
no ha quedado nada
apenas una mancha en la pared
que parece moverse
entre los bordes del corazón
el mundo sucede
ante nosotros
mientras al fin nace
esa hoja filosa
que se bifurca
sobre los recuerdos
un hueco en blanco
una herida que habla
y así vamos
cayendo
de espalda al cielo
y esperamos
sobre el horizonte
hasta que la noche
diga
no hay presente
sino presencia
y nos mire
sobre el silencio
sobre la transparencia
de otro árbol