Lilith
se llamaba Lilith
aunque ese no era su verdadero nombre
después de hacer el amor
le gustaba extenderse el esperma
por pecho y abdomen
decía que tenía propiedades hidratantes
sus muslos eran lechosos
la cabellera castaña le alcanzaba la cintura
cuando le decía
eres mía
se revolvía
al final acordamos
que el sexo es un teatro cruel
y fugaz
donde nada significa
lo que realmente significa
los metales se curvan como arcilla húmeda
en el país del deseo
le dije una vez
y ella se rio
yo en esa época creía que el infierno
era una región lluviosa
azotada por el viento
para ella el infierno eran todos los demás
despertaba en mí
esa melancólica lujuria
de las mujeres
que pueblan los cuadros de Botticelli
¿conoces la historia de Lilith?
me preguntó cuando nos conocimos
los dos tendidos en la hierba
vivía en Normandía
y en nuestras largas conversaciones telefónicas
siempre hablaba del mar