Un poema de Alejandro Gómez Masdeu
You cannot buy the revolution. You cannot make the revolution.
You can only be the revolution. It is in your spirit, or it is nowhere
Ursula K. Le Guin
non ridere, non lugere neque detestari, sed intelligere
Baruch Spinoza
la vida es en ocasiones sencilla,
al menos cuando no se teme al hambre
y se ha olvidado la inmortalidad,
terrestre o del cielo,
como una vieja fantasía de héroe griego
o de eremita cristiano
es sencilla, y, por ello, inmensamente difícil
es tan solo añadir un poco de ajo y cebolla
a todas las comidas
tal vez algo de pimienta y dos o tres especias
muchas legumbres, y, en verano,
poco más que fruta
bastan unos pocos principios:
no encumbres al poderoso con tu odio
ni lo aceptes
nunca ordenes más de lo estrictamente necesario
ni tomes demasiado en serio la obediencia
que la promesa del futuro señorío
no te haga asumir impío tu dominación presente
recuerda que aceptar la generosidad de los demás
es también una forma de ser generoso
y quizás la más importante, recuerda
que es mucho más probable tu ignorancia
que la estupidez o la maldad del Hombre
acepta alegre un mundo inabarcable y abarcado
sé todas las cosas y transfórmate
sé intransigente con el deber y enemigo de la culpa
abandona la creencia en la perfección propia
y perdona la imperfección ajena
olvida el ajedrez y sus acólitos
ofrece tus dos escasas manos y rugosas
a este mundo que se cae,
sé la justicia que no existe
no quieras tener nunca
la última palabra