Epifanía

Jon Tyson

Mamá y yo somos la misma.

Me parezco a ella como la vida

a un castigo;

es decir,

depende del momento. 

Cuando era pequeña me decía dos cosas:

que rezase a dios y que no tuviera miedo

y yo bisé bisé bisé

mañanas enteras 

las oraciones que el cura nos repetía

como mantras en la Iglesia del colegio

y esperaba a dios, a que me hiciera caso,

y rezaba por que todo fuese bien.

Mamá es mi madre y yo la suya.

Lo fui desde que aprendí a multiplicar por nueve

y desde que descubrí que solo tenías que mirar al cielo

para que dios te hiciese caso

y desde que él hizo milagros en mi cabeza

aunque nadie me creyese

y desde que dios me advertía todas las noches

que mamá, como abuela,

también iba a morirse.

Mamá ya sabía

que a todos se nos va apagando la vida 

y por eso me decía que no me asustara,

pero para una niña que comprende la muerte de golpe

como una revelación

el pensamiento más común es el del cadáver,

la misa,

el entierro, 

y si mamá no podría resucitar también

como Jesús lo hizo.

Terminó harta mamá de que yo

le tomase el pulso

o de que la despertase en medio de la noche

porque pensaba que iba a abandonarme;

es curioso cómo

al descubrir que aún vivía

cubría su cuerpo de seda con mantas de seda

de puntillas

y es que su cama era tan alta a mis ojos

que siempre me parecía inalcanzable

como el Teide o como Saturno 

o como las mujeres a las que amaba,

y yo deseaba crecer para extender los brazos

y así abarcarlo todo.

Tengo veinte años.

También tienen veinte años mi soledad y mi miedo

y llevo puesto un nudo en la garganta desde que supe

que Canarias no es un país

que no voy a ser astronauta

que jamás amaré a un hombre

que dios no existe

que dios era mi madre.

Victoria Ramírez

Victoria Ramírez Romero (Las Palmas de Gran Canaria, España, 2003). Actualmente estudia Lenguas Modernas en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Su primera novela, Y el ruido del mar (CanariaseBook, 2023), fue la ganadora del III Premio Benito Pérez Galdós de Narrativa Joven. También obtuvo el primer puesto en el IV Premio de Relato Corto El Pensador con su obra Gaviotas.

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