Un poema de Andrés Doncel
Dimitry Anikin
Posiblemente
Tengo de todo y bastante
Tengo cuatro hijos
Que quisiera sin demora
Que fueran ellos mismos más que yo
Que vivieran en los márgenes más íntimos
De mi propia vida
Tengo una casa grande luminosa
Hecha a mi imagen y semejanza
Y que hace un siglo
Era la casa de mi bisabuela
Después vinieron
Pleitos guerras
Y fue casa de vecinos
En lo más profundo del franquismo
Ruinas desoladas transitorias
Cuando abrimos puertas y ventanas
Revoloteaban cartas de amor
Y de nostalgia
Y un Niño Jesús al que faltaban varios dedos
Y echaba bendiciones de alambre enmohecido
Tengo la tierra de mi padre
Que fue antes de mi abuelo
Dura albariza generosa
Campiña cordobesa que pide sombra y agua
Del Arroyo de la Leche que la firma
Entre Ategua y Torreparedones
Tengo memoria de mis primeros pasos
De la mano de mi prima Dulce
Dulce como el Nombre de María
A la que nunca habré ya conocido
Y aquellos veranos
En que las avispas se hacían dueñas del patio
De mi casa
Y los rayos de tormentas en agosto
Hundían el emparrado
Tengo amigos muy distantes
Que cada día están más cerca
Que me muestran como espejos
Todos los errores que cometo siempre
Y nunca me reprochan
Pero no ríen mis defectos
Tengo comida que me gusta
Y agua fresca sin pozo en el verano
Tengo
Una regla que me mide
Una madre que es mi amiga
Una amante que es mi hermana
Te tengo a ti que me amparas
Y proteges de mí mismo
Y teniendo tanto
Y tan bueno nada tengo
Pues no lo quiero mío
Sino que tan sólo quiero
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