Poemas de Fernando Pérez Sañudo (Sannudo)
Hay algo que nos conecta con el daño
Hay algo por encima que une a los cuerpos heridos
Hay algo siniestro en aquellos chicos
que se fingen tristes, desamados
Y hay chicos que se revuelcan en su propia tristeza
como un torrente tan violento
que nos arrastra a ti y a mí
hasta este punto de encuentro
Hay algo entre tú y yo que desconocíamos.
Se nos ha metido la violencia de los chicos tristes tan adentro
como la mierda
que el viento arrastra
y golpea la pupila
un ariete copulando contra la puerta.
No hay que fiarse de los chicos tristes.
Hay algo en ese ser tan poquita cosa
que arrastraría al mar a un leviatán.
La violencia a veces no está en el músculo.
La maldad a veces está bajo las costillas
pudriéndolo todo.
La tristeza a veces está en el momento en el que tú y yo renunciamos al amor.
No nos creemos merecedores de otra cosa
más allá
del azote, del juicio y la penetración.
Hay algo que nos conecta con este daño,
pero, te aseguro,
algún día
alzaremos la mirada
y habrá sol.
Tienes los ojos limpísimos.
Nuestras pupilas son un punto
sin retorno.
Aunque tú no me quieras,
escucha
:
el sueño de la razón
produce
envidia de deseo aparezco
entre trincheras cuarteado
en busca de habitación
un lugar sin muros el jardín
jardín jardín jardín
pequeño rincón desierto
todas las cosas que no te dije
por poder tener jardín
se seca el paraíso y el alambre
cubre la tierra
entre nosotros qué lindo eres qué largo es
el desierto puedo implorarte
un poco de agua
alguien habrá de plantar
charcos
para meter la cabeza
en tontos tantos fangos de deseo qué lindo
eres
qué lindo y guapo eres pena mía qué guapos
pudimos haber sido
(¿Te lo puedes creer? Creció arena en el jardín. Se nos ha metido entre la ropa como un espejismo de las cosas que nunca nos diremos).
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*
sin anhelo, llego dividido
permanezco sigo
fuera de almas entiendo
todas aquellas cosas que nos faltan
para ser un bosque
un cerezo
en el desierto
con el cuerpo apuñalado
de inmortalidad
tan fértil como un marjal
en las sombra de tus ojos al mirarnos
cometas
mis errores
decir cosas a unos que en verdad
jamás traigo a la boca
la pronunciación hostil
de un reguero de muertos entre
olivos
no sé si yo siento lo mismo
por ti
no sé nada
de las cosas importantes
solo sé
de la lengua la química la historia
pero de la botánica de los corazones
no sé nada
si siento lo mismo
por ti
me compadezco
de tu corazón
tu corazón inmortal
tan lleno de infierno
este bosque que germina
sin que nadie lo recoja
¿podrás perdonarme?
pasará el tiempo y seguirás
recordando
este pobre cuerpo apuñalado
que quiso regarte sin saber
lo que era el agua