¿Por qué Casapaís tiene un muro de pago?
Scott Umstattd
Para empezar, lo mejor sería explicar qué es un muro de pago (o paywall en inglés). Básicamente, es un sistema que nos permite liberar parte del contenido de la revista en nuestro sitio web, mientras que otra parte se mantiene exclusivo para quienes adquieran la revista o se suscriban a Casapaís.
Las razones por las que hacemos esto no son lucrativas. Nuestros objetivos están lejos de querer convertirnos en una corporación. Como decimos desde que Casapaís comenzó a gestarse y luego vio el mundo, nuestro objetivo es encontrar nuevas voces de la literatura y reunirlas con voces experimentadas, y así generar, como lo sugiere el título de nuestro primer número, una fiesta de la lengua, volcánica y excepcional. Reivindicar la buena literatura y resistirnos a publicar textos de calidad cuestionable implica una lucha constante contra el cauce que la literatura universal está tomando en los últimos años. No le tenemos miedo a la transparencia, y por eso va esta explicación.
Lo que más nos interesa cuidar es, evidentemente, la calidad de los textos. Pero detrás de los textos hay autores. Autores que confían en nuestro criterio cada vez que nos entregan una de sus obras. También a ellos los queremos cuidar. Por otro lado, delante de esos textos hay una maquetación, un diseño, una presentación cuidada, una pensada difusión: una invitación agradable a ser leído. Estos aspectos también han de recibir cuidado. Un texto necesita varias lecturas, correcciones y edición. Hasta el más profesional y experimentado de los escritores necesita estos procesos. Nuestro objetivo es poder aumentar el pago de las colaboraciones a los escritores, tener diseños y maquetaciones profesionales de altísima calidad tanto en formato físico como digital. Los textos, para cerrar su círculo vital, necesitan ser leídos: por eso también queremos darle la mejor difusión posible.
Un muro de pago, entonces, nos ayuda en esta ardua tarea. Nos da visibilidad al liberar contenido de la revista y nos genera ingresos para mejorar el proyecto.
Por otro lado, está el tiempo que implica llevar a cabo Casapaís. Nosotros estamos encantados de dedicarle horas y horas de nuestros días, y no nos importa ganarnos enfados de nuestros jefes en nuestros trabajos paralelos. Porque sí, tenemos que mantener nuestros trabajos en paralelo a la revista, y no, no son trabajos en el mundo literario, y sí, en un mundo utópico nosotros también pediríamos en vez de un pan, medio pan y un libro, como García Lorca... pero la realidad es que, muy a nuestro pesar, las palabras no se pueden comer.
Por eso creemos en este sistema, para que este barco siga navegando en la dirección que creemos correcta: la de la buena literatura, una donde sus creadores y los distintos soportes para los textos estén bien cuidados y queridos.
El equipo de Casapaís