Munch
Munch
Tiendo puentes y pasos, alimento caminos que cruzan el vacío. Y entre las dos montañas, la ciega y la dormida, escucho el grito que me dice; soy gesto gutural que al fin descubre que no es la figura, ni la montaña, ni el vacío ni el grito: soy yo el puente, el que hace sus señales ante las dos montañas que no saben mirarse. No soy la piedra ni el paso, soy el puente. Puente callado y solo. Puente sin extremos, ciego. Puente roto.