Todo suena en esta casa…
Todo suena en esta casa
y a veces me gustaría escucharla
en silencio
alejar los pasos firmes y también
los que resuenan de puntillas
pedirle a los otros que también
la habitan como cuerpos vivos o fantasmas
—las otras versiones de mí mismo—
que paren por un momento
su hacendoso movimiento
que dejen de clavar esa puntilla
de mover este mueble de lavar ese plato
de aceitar esa bisagra
que se sienten aquí conmigo
en la mitad de esta sala vacía en la mitad
de esta sala siempre a punto de llenarse
y escuchemos la madera crujir quedamente
los cimientos adherirse a la tierra
volverse raíces que penetran el subsuelo
que escuchemos los pasos desandados
la vez que tropezamos con la cama y nos golpeamos
el dedo meñique del pie derecho el insulto ahogado
el crujir de un vaso roto
que por un segundo hagamos de esta casa
nuestra casa nos fundamos en ella
busquemos el calor entre las grietas
entre los muros y en el resquicio
ínfimo colador de luz
que al irnos si es que nos vamos
logremos recordar en qué lugar alojamos
esa foto que no queríamos ver
el billete que iba a salvarnos
el papel y la llave de ese candado que de
tanto esconderlos hemos terminado
por perder
les diré antes de irnos posemos
nuestro cuerpo en el suelo sintamos
florecer la última planta
les pediré que recordemos
que todo trasteo
es una forma de seguir buscando
una casa de acercarnos baldosa tras baldosa
al vacío del descanso de un hogar
así una casa deje de ser casa
cuando la habiten sus ausencias