Álex Reyes - Poesía
8 de enero: un retorno
Y te marchas con la nieve,
te deshaces cumpliendo aquello
que escribí hace años
la naturaleza se obstina en equiparar
la carne a la espuma. Y tú queriendo
desaparecer, desapareces
y te haces en el aire.
A garzas y cimientos
Javier Yániz
Lo veo a él, a solas, lo veo quieto,
de pie como un arquero, un pequeño Orión
en la esquina del hotel.
De pronto me veo a mí,
ese hombre hecho de barro,
me veo en la habitación de un sexto piso,
frente al espejo,
frente a luces rotas, sombras
y una luz ahogada en el váter,
frente a volutas de perfume
saltando a mitad del aire,
saltando contra el ruido
de otros huéspedes,
contra la agonía vidriada
de quien se ha ido
sin borrarse del todo.
Quisiera acercarme a él,
poder decirle a ese hombre que fui
tienes que parar,
tienes que mantenerte a salvo,
si te quedas dentro,
si te niegas a verlo,
te ahorrarás la pena, el dolor de cargar
un par de rocas en cada brazo.
Pero es tarde, demasiado tarde:
ya sus miradas se han tocado.
Se abrazarán esta noche,
se dirán cosas que ninguno ha dicho al otro,
olvidarán la angustia,
el ansia,
la demorada espera
antes del encuentro.
Se entregarán el uno al otro
en el deber ruin del esclavo,
en la feroz orden de hacerse pedazos.
Pero esta noche tienen suerte,
se abandonarán al arte negra del engaño.
Y dormirán, dormirán juntos
como duerme la mirada del ciervo
en la fría memoria del cazador.
…