Tres poemas de Cecilia Galeano
Nacido
Donar el cuerpo
a la luz diurna y a la boca del lobo
y en lo que asoma
selva fruto o rebelión
un pequeño paraíso cae
se nos cae
en lo solo
que permanece solo
en lo que existe: una rabiosa voluntad
y en lo que no,
nace el principio
selva fruto rebelión
Del viento
Entregado al camino
cuerpo en el viento
te veo en sueños
todo te trae
pero es más gris
quiero tenerte
y no hay más que invierno y casas vacías
te veo en sueños
ojo del fuego
todo te trae
Perro cuenta penas
Soy el eje
el centro
el perro cuenta penas
irrumpen
afuera es noche
afuera es noche
afuera es no
pasa lo peor por el ojo de la aguja
¿ustedes de dónde se conocen?
Cuandoenunoperativocayeronabatidoscinco…
Un viento afilado corta la madrugada en dos sobre la avenida desierta
después de sostener un vaso de café apoyo mi mano tibia en su mejilla
él está pensativo, fuma y proyecta el humo hacia adelante
se pierde y regresa
bordea una luna pálida que está lejos (pero adentro)
iluminado apenas por un farol el diariero apila clarines
se frota las manos entintadas para calentárselas se oye una radio
superlógico superlógico dispara enervada la voz del Indio
unos minutos más y si no viene nos tomamos un taxi
nace la precipitada fe de los que esperan
mientras tanto desde algún lugar
el aire trae firuletes de olor a pan recién horneado
asoma un principio del bien
la vuelta a casa
alguna clase de bendición
si ahora el olvido desatara sus manos
podríamos encontrarnos en esta desmesura