Cinco poemas de Guillermo Urquiza

domingo de resurrección

Qué ocurre papá, por qué pierdes tu vida trabajando en algo tan lejos de la vida. 

       Manuel Astur – La aurora cuando surge

es el amor lo que se desprende 

es la imagen de una mesa ahuecada por el tiempo 

[apréciese un bodegón en donde los tubérculos son corazones

la sangre vegetal de la pepita trepa por el árbol genealógico 

la inocencia, se pierde en la espesura 

un padre 

              mira a su hijo adolescente

un padre 

            extirpa los jacintos del estuario  

[así como pierdo el amor pierdo la fe

                             papá

                             lo siento 

                             este mundo tuyo no existe

                             

                              en este mundo tuyo

                              yo

                              no existo.

mi familia es quiero decir fue en la teoría en el pensamiento político: 

  1. el triángulo isósceles 

  2. la tripartición social indoeuropea 

  3. la santísima trinidad 

[apréciese un tríptico naturalista en donde los límites se desvanecen

en donde todo límite se revela en la dulce analogía:

madre e hijo van a la iglesia  

un domingo de resurrección 


vi estrellas caducadas de camino a los monasterios

vi a los niños incautar los monasterios y hacer de la infraestructura un despojo

si pudieran vernos como parte de este mundo

si este mundo no fuera solo

                  para ti y para mi

[jóvenes y altos y de polímero 

algún día en este mundo nuestro

me despediré de mí 

mientras otros ponen candados en nuestra puerta

y las úlceras

serán mías y tuyas y de nuestros hijos marginales 

          y mi cuerpo con tu cuerpo con tu vida

          un apéndice 

algún día este mundo nuestro dejará de serlo 

y otros mundos devorarán nuestros cuerpos 

y a nuestros hijos 

tal vez quisiera obedecer tus dedos tu voz señalando 

las libretas   las palabras   los deícticos 

del otro lado de la habitación 

o contagiarme con tu fiebre en las costillas   en la lengua   en los hemisferios 

o llevar tú hijo de la mano y que no fuera un hijo sino una hija 

anunciando con exclamaciones 

que la arruga es el fruto 

[la vidriera

que mi cuerpo con tu cuerpo con tu vida es un sagrario que porta la infinitud 

algún día este mundo nuestro se verá amenazado por la eficiencia dogmática 

y la belleza quedará en el patio interior de nuestra casa pero no en el azufre 

los residuos escalarán por las paredes pero nuestra casa tampoco tendrá paredes 

seremos cuerpos suburbiales 

         [protocuerpos 

seremos cuerpos póstumos dialéctica nuclear 

si pudieran vernos por dentro 

                              [la materia 

como el aguardiente toca lo cotidiano y como alimentamos a nuestra hija 

con legumbres y plantas aromáticas de los herbolarios 

no dudarían de mis palabras: 

mi amor por ti             es real           no conoció las estelas químicas de Chernóbil


cuando beséis las estrellas recordad:

vuestra existencia es fruto de un corazón ausente

es el amor siempre / es lo que siempre habita el recuerdo 

         [la angiosperma  

es la canción que habita allí donde el espacio involuciona en el ahíto 

mi apego por ti es 

en la teoría especulativa del pensamiento 

mi apego por ti deforma la hipótesis, es decir 

las cubiertas en flor parpadean desesperadas 

eres tú, no un cuerpo 

es la idea preseminal 

un niño que reza en el estuario un jacinto 

flor prepúber que habita el deseo con la mirada del primer pétalo 

despiertas a mi lado 

en el pensamiento 

despierto con tu pensamiento 

es la dulce polinización también viperina del apego 

y suenan poemas folclóricos 

                             como este

suena el latido cismático de la imagen: 

        un niño merienda fresas con leche

        a tu lado.



la imperfección de un cuerpo son sus agujeros

la imperfección de un cuerpo es no poder salir de él

el brillo pálido de una convulsión me oscurece

recuerdo a los chicos del verano bautizados de esperma 

la pila bautismal de sus cuerpos se derrama, la esperma se convierte en agua bendita

un pez en un sagrario se limpia la cola con hogazas de pan y sangre de los tribunales  

heridas de flúor me desprenden al país donde el agua brota del légamo

donde el cielo se funde con la madreselva y la fe germina en un cáliz de agua hirviendo 

¿por qué elegir consiste en separar las flores de sus tallos?

[a un niño le exilian el cuerpo y la palabra se desvanece]

¿qué dios puede salvarme de la fe?

[los dedos como alfileres, la boca como una ciénaga]

mi barrio es una muralla de aminoácidos y yo 

tengo un protocuerpo una disidencia una alegría tapiada por buitres carroñeros–hombres 

que usan las manos para sostener los cuerpos 

¿cómo salir de pobre si han dado muerte a la palabra 

                                                                 y lo único que me queda es un suburbio de medianoche? 

¿cómo volver al mundo sin un cuerpo útil?

una procesión de vírgenes huella la ciudad ¿a dónde van los niños que cultivan el azúcar? 

ángeles fuman opio de las iglesias y rompen las clavículas de un mundo dirigido 

tocas mi sexo

lo humedeces

crees despojar su elegancia:

las manos de estos hombres convierten los cuerpos en féretros de la inmortalidad…


imagen poética / realidad / primer éxtasis:

una mujer coge la comida de su plato y la pone en otro

no me falta de nada 

recuerdo los pasillos de congelados y como mi abuela se quita de lo suyo 

para dármelo a mí 

    ¿dónde enraíza el corazón como una flecha de amor místico

     si no es en los primeros años de vida?

no es una obligación sino un sentimiento 

cabello azabache sortijas sonrisas devaluadas por el oro negro 

             si el amor no existe estoy perdido.

mi abuela se revuelve en el légamo 

por el amor sin condiciones 

quizá 

yo no lo haga con suficiente fuerza  

Guillermo Urquiza

Guillermo Urquiza (2001). Reside en Madrid. Curso Humanidades y Periodismo en la Universidad Carlos III. Ha participado en micros abiertos en Madrid y ha sido seleccionado recientemente para el octavo número de la revista Zéjel.

https://www.instagram.com/gvilleuc/
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