Cuatro poemas - Alejandro Gómez Masdeu
estos días
tan azules tan de agosto
con la certidumbre de lo que volverá aunque acabe
a través de la mirada comprendemos
los mejores modos de la ceguera
todo tiembla en la mirada y se esconde y se agranda:
una persona bajo el agua es una serpiente anfibia
que ha perdido el límite de la piel
y la esperanza es algo muy similar
a haber perdido el límite de la piel
al frescor del ojo abierto en las piscinas del agua clorada
mi prima me dice tequiero días después de irme
(compartimos el mismo cloro de la misma agua del mismo agosto
y llegamos a los lugares
donde los pies ya no alcanzan, es decir,
los años han pasado,
aunque no del todo)
pero la desesperanza es algo muy similar
a la ducha tras el baño
al aura empírica perdida
a las personas volviendo a tener
su piel recta su tan característica
estructura ósea de mamíferos vertebrados
algo muy similar a la total desaparición
de ese mundo fulgurante que se mueve
cubierto de una lona de un azul ingrato
que parece no merecer su nombre
cubierto de nuestra ausencia
cubierto de los patos y otras aves
cuyo nombre me da igual
Matsuo Bashō (Asís, 121d.C – Ashford, 180 d.C)
Supongamos la brisa tranquila de las mañanas
la luz entre las copas de los árboles y todo lo demás
La muerte de mi abuela ya era en ese momento cercana
me había sido revelado en sueños que creo que no se cumplirían
pero yo no me había levantado llorando
(El recto tallo del idealismo alemán ya esperaba dócil
el corte de su cuello
llanos de litio en un hermoso paisaje arrodillado
y al fondo una creatura que vive del sol)
Supongamos el trino de las aves:
abdico de todo y miro
una cabeza cortada en este poema es poco más violento
que una hoja que se cae en los meses en los que caen las hojas
Así las cosas, totémicas y asteróidicas, continentales, y más, ombligos a la inversa
como calcetines al verse doblados
es invertebral, es casi suave:
hoy he aprendido a ser hermano menor de todas las cosas
totémicas y asteróidicas abdico
hermosa arrodillada luz del sol.
Publicidad
Pervivencia de la pérdida
un balcón vacío en meses
es hoy la visión más cruel
quedan hoy las suculentas
y las flores azules
regadas en cerveza, tosca, de los nietos
y los amigos de los nietos
absurdamente jóvenes
de la vecina, anciana
amigos, caderas
aún sin trasplantar
pero no agarraron los órganos
a un piso o a una letra de distancia
demasiado, al reverso
de mil aviones de distancia
hoy en día
en las jardineras del balcón
de la vecina vacía en meses
queda ahora
en alguna residencia de humedades
o en alguna habitación trescientos dos
o trescientos tres, quién podrá decirlo
una flor azul al sol y una humedad de paredes
es hoy la visión más cruel
como un balcón tendido
y una camisa al sol por meses
y como venían anunciando
hace tiempo, los noticiarios
un hijo hoy sin madre
absurdamente anciano
de un día para otro
nos deja
a tan solo unas miradas de distancia
un balcón vacío
una habitación cerrada
o algún número de tres cifras
sin sábanas descuadernadas
y sin saberlo, descubrimos
tras las suculentas
y las flores azules ya perdidas
lo que es realmente
un balcón vacío en meses:
es hoy la visión más cruel
Esbozo de un estudio meteorológico
Llegamos con las tripas llenas. Doloridas. El vientre negro, cargado de agua oscura y fría, y de rayos y truenos. Veníamos del mar, de otras montañas y de toda clase de sitios, y habíamos visto toda clase de cosas
Irene Solá
sabia como kilómetros sin fin
toda yo me caigo y descompongo y no soy nada cuando caigo tras pasar
sobre montañas y ciudades, pero nacerán otras
—y el nacimiento es, en sentido estricto, incompatible con los comienzos—
vendrán sobre estas montañas y ciudades
y montañas y ciudades
que no son estas
mojando
a los niños a la llegada de la escuela haciendo correr haciendo
desplegarse los plásticos hexagonales y caerse
a los ancianos y los niños
más honesta que la nieve más
amable que el granizo
convirtiendo
el olfato por primera vez
en el primero de todos los sentidos obligando
a los hombres a la cercanía
pillando desprevenidos a despiertos y dormidos
que despiertan
haciendo oscilar más que rápidamente los metrónomos de los coches
causando las malas metáforas de los poetas
y cambiando el aire
una y otra vez
como si por sorpresa hoy pasara
algo como de mundo que recién se crea
También puedes compartir este texto