Cinco poemas - Rubén Martín Díaz
Principio de existencia
El mundo nos describe al limitarnos;
en su exacta apariencia
somos también exactos y sencillos.
La soledad del hombre
es idéntica al árbol que se presta al silencio
porque callado asume su conciencia de bosque.
Un pájaro común se deshace en la tarde,
y en la elevada bóveda del cielo lo perdemos
como si nunca hubiera sucedido.
Sin él saberlo
nos ha mostrado un básico principio de existencia:
Los límites –ha dicho al dispersarse–
perfilan la belleza de lo nunca alcanzado.
Así, lo que es real y nos retrata,
también nos contradice:
esta infame impresión de esclavitud perpetua
que encadena al ser nuestro con aquello que amamos.
Jaula
No se puede comprar
un pájaro de luz
que canta entre las ramas
del silencio,
ni hay jaula que confine el corazón
del hombre que lo escucha o que lo inventa.
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En tiempos de pandemia
Crecen del frío suelo
tempranas hojas de árbol subterráneo
que en el esfuerzo vivo de su savia
no son hojas: son aire, ningún cuerpo,
ninguna linde que habitar.
Veladas hojas libres, ya volátiles,
sois bálsamo de un tiempo
oscuro y silencioso.
Dos cuerpos
¿A qué lugar de nunca descendemos
en esta soledad que justifica
dos cuerpos derramándose en la noche?
4:00 AM
Estoy latiendo dentro de este cuerpo
desnudo que te abraza,
y soy en ti
conciencia dilatada de un nosotros.
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