Nidos en el abdomen

¿Alguna vez desterraré 

la sangre que acabo de recitar?

 

Alguna vez… si no dejo de sangrar

esta sangre de tantos siglos

 

¿Quién necesita caricias 

en la soledad de los hombres?

 

Él durmió conmigo,

dijo mi nombre

con su habla de dunas. 

 

¿Quién necesita nanas

en el énfasis de los hombres?

 

Una madrugada alcanzó mi madrugada,

yació, amante Padre, ad-herido a mi espalda,

Nok, nok… su puño en mi vientre,

apretó fuerte,

empujó,

apretar,

empujar,

APRETÓ,

EMPUJÓ

hasta que saltaron las costuras del cordón umbilical.

 

Se incrustó, rebosante de carencias, en las entrañas.

 

Dejó el puño incestuoso

en las vísceras de mi cuerpo,

como un arpón se abandona, 

después de la caza, en la ballena.

 

En la mañana

con espinas en mi lengua y garganta.

En la mañana

eyaculé por primera vez.

En la mañana

fui a encontrarlo.

Temí redención:

tarántula de cinco patas,

allí estaba, donde su dedo índice,

desde el abdomen,

señalaba:

 en el espejo:

nuestros rostros, nuestras pelvis: 

como dos muros enfrentados.

Jose de la Vega

Jose de la Vega (Córdoba, España, 1977). Es doctor en Ciencia Físicas y en la actualidad trabaja en un hospital, donde se dedica a planificar tratamientos de radioterapia; se especializa en Física Médica. Publicó su primer poemario, JPG, en Ediciones Paralelo.

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