La casa de Altamira
a los Colmenares
un lugar espera
y des-espera,
ya no
pertenece
la casa
sus fantasmas
sus ecos
sus muros desvencijados
vendida
deshabitada
reconstruida
vuelta a andar para otros
Plaza Francia
Obelisco
La Roche
Décima avenida
Quinta Elba
Ávila al fondo
mata de mango enfrente
en la acera de los Angulo
Carmencita y Pipa
en la ventana de al lado
rosales y limoneros
aguardan mi llegada
Abuelo me da la mano
traspasamos el umbral
de los caballeros
de madera
me observo otra
Abuelo ríe
me entrego
a los cimientos
flotantes
del tiempo
puertas cerradas
ocultan abismos
la casa de Altamira
no siempre
espera visitas
papeles del abuelo
regados
por el piso
como siempre
ilegibles
perdidos
inalcanzables
Emma, llena de rosas,
bruja matrona
encanta la barriga
de mi abuela
de mi madre
Pama y Hermisenda
rezan el rosario
Sol toca el piano
en el cuarto
de atrás
Abuela teje y desteje
se mece
esperando
los rayos de sol que se cuelan
por el tragaluz
Toscán se echa a sus pies
Papá ronca
en el chinchorro de atrás
orquídeas de todas las pintas
cantan en el patio interior
árboles infinitos
se extienden
al sol
y la niña persigue
al gato
que persigue
pájaros
ardillas
espectros
arepas listas
Veda remueve
la olla de caraotas
el queso ya está rallado
y los majaretes en la nevera
deseo quedarme allí
cruzar al otro lado
les reclamo
quiero perseguir a Kalimber,
dormir en el chinchorro,
saborear las arepas
quitarme los zapatos
y correr descalza por el jardín
mientras llega un heladero
me
miran despacio
y
siguen su rutina
imperturbable
hasta el próximo
sueño.