Poesía de Patricia Eulerich
Danza de huidas
(La huida siempre tiene por objetivo salvarnos)
Primer movimiento
1983
Parada,
mirando una sombra,
me percaté que no era la mía.
Estaba reflejando la sombra
de otro.
Encubierta como madre/amiga, padre/ausente.
Hui de personajes
con los que me arroparon,
buscando mi sombra propia.
Reconocerme.
1991
Recoger pedazos de familia, intentar pegarlos, sin que encajen muy bien, era parte de la rutina.
Armar un collage o varios,
donde siempre aparece un hueco oscuro, intenso vacío
por el desconsuelo.
Hui de esa ausencia,
buscando la pieza que la completaría.
Reconocerme en ella.
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Segundo movimiento
1993
Renacer partida. Dos trozos.
Pedazos imposibles de unir,
anestesiada.
En mis manos esa pieza perdida.
La observo buscando
algún hueco donde coincida.
Haberla encontrado me alivia.
Es mía. Yo salí de ella.
Me completa el lado izquierdo.
Alguien me arrancó
ese pedazo de las manos.
Alguien que deseaba completar
su propia obra.
Me invitaron a desaparecer.
Hui, solo hui, buscando el nido
que abandoné.
Reconocerme ya sin él.
1994
Recogí los pedazos que quedaban.
Construí un nido solitario,
dentro de una jaula dibujada
con barrotes de exigencias,
compromisos, obligaciones
y maltrato.
Tejida entre esos barrotes
Me vi secar
sedienta.
Tomar impulso ya casi evaporada.
Huir de mi nombre,
buscando puertas, llaves, voces, alguna mirada. Lluvia.
(Re)conocerme en la calle.
Despojada.
…