Jesús Enrique Sánchez - Poesía

Jorge Guillen

Ikebana


Una canta florecida,
vaciada de savia seguidora,
oculta en su presencia vista.
Es el color sacrificado por su suerte,
el fondo ensimismado que descubre
la muerte de lo extenso.

Una rama vierte su líquido extinto,
descubre tres botones limpios.
Ya no son mañana,
son volutas duraderas
disueltas en su aroma
de niñas vegetales.

Estas flores del bien
no en todo corresponden.
Sus deseos
renuncian a sostenerse por más vida,
extienden su singular eternidad,
se añaden con olvido a la diferencia,
residen su cuerpo
por no haberlo diferido.
¿Puede diferirse el vacío?
Tal vez, sin el cuerpo humano,
bien llamado tierra.

Un lecho de cedro inicia el paisaje,
el agua indivisa
tampoco se sostiene totalmente,
sube y esparce una forma de forma.
Un nido verde funda su soledad
en el próximo descanso de la arena.

La flor reinicia su momento,
no tiene evangelio,
se promete abierta,
fluye con la montaña
en la memoria agregada,
la parte del reflejo que el agua necesita.
Tiene la vida merecida,
la de una metáfora,
el Sol negro de una réplica en todos.

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I

Respira el último azul
de una nieve trajinada,
revive la miseria
del paso semejante.
El sherpa agoniza sin intimidad
la cima del sueño.

Jesús Enrique Sánchez García

Jesús Enrique Sánchez García (Buenos Aires, Argentina, 1960). Abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, Venezuela. Finalista del primer concurso de narrativa policial organizado por la Policía Técnica Judicial Venezolana con su relato «Un Clavo para la Noche». En 2016 fue invitado especial al festival de Poesía StAnza, que tuvo lugar en la localidad de St. Andrews, Escocia, por resultar ganador del concurso de poesía Letras de Libertad. Fue ganador del VII concurso de poesía Sierra de Francia en 2021. Ha escrito colaboraciones especiales para el diario venezolano El Nacional y para la página web Contexturas.org.

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