Paula Doce - Poesía
*
Nunca deseé un chantaje.
Eso que tú
das yo
quito. Arrebatarnos
en silencio (no mires, no
mires)
la verticalidad.
Eso que tú
me quitas: el gobierno de mí,
la entereza
—yo, adalid de la moderación,
número par
de apellido.
Nunca deseé tentar a la coherencia,
mi inflexible vocación.
Y, sin embargo,
esa mano,
su juego
de estar y hacerse
hueso,
(todo muy silencioso, un
lento
alejarse)
la ausencia del
gesto,
me hace temblar
y parpadeo.
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*
Una piedrecita en la boca,
pellizco
amargo
entre la lengua
y el paladar.
La palabra afilada que no
dices que no dirás
conjugando el mutismo. Un escalofrío
entre los dientes.
Y esa asfixia,
(prudencia fatal,
o golpe),
cuando siempre
fue llano el lenguaje
—nunca nos abismó decir
esto es
árbol, aquello
sí.