Seis Poemas - Jean G. Burset Catinchi
Remembranza
Los días se quiebran, como espadas
forjadas por herreros principiantes.
Sobre sus fragmentos caminamos,
perdemos talones, protestamos.
Luego decimos Oh, aquellos días
tan alegres y tranquilos, llenos
de amarillas flores y verdes pastizales.
Mientras cerramos las ventanas
por el zumbido de los insectos.
Confesión
¿Qué es una hoja de libro con bordes plegados,
sino rama que reclina sobre muro alto y raído,
bajo el peso de frutos enneblinados y sin hurtar?
Divertimento
Angustia no implica hondura
ni desarraigo diáfana lucidez.
También insulsa puede ser
la sombra; zona sin misterio,
carencia de voluntad a la hora
de interesarse por las cosas.
Proclive a la repetición del pinar,
a la hermandad de minerales
y no a la de astros ligeros, hoy
rechazo el registro de pugnas.
A cambio de una alegría cuyo origen
desconozco y no quiero conocer.
Eróstrato II
No hay llanura que no sea cumbre.
(Lo sabe el gorrión. Lo sabe el caminante)
Cuando las hojas se agolpan, cobrizas, discretas,
cualquier movimiento, hasta el más cauto,
incendia los árboles tupidos de transparencia.
Mar
Si pienso que no me molestaría verte más.
Si confío en la gracia de las alturas
y no de las profundidades.
Si prefiero las espadas a los arpones,
los roquedales a los corales,
los ruiseñores a los alcatraces.
Si no me llaman tus tesoros esplendentes
ni me atraen tus enigmas abisales.
Si aborrezco tu obstinado afán de imitación,
tu lenguaje balbuciente y tus tristes ponientes,
tan parecidos a limosnas.
¿Por qué mis sílabas semejan siempre
cardúmenes impostores en forma de ballenas?
Naufragio
No sé si despierto en ceniza
o arena negra. Si columbro
lluvia o sólo neblina.
Si la partida fue festiva
o sólo funesta. Si estoy
completamente aislado
o si alguien más habita
esta costa. Si las carcasas
de aves presagian
mi destino o si la sal
ejercerá su voluntad
de diques en mi carne.
Sólo retengo un sonido
agudo en los oídos,
un resabio metálico
en los labios y la vaga,
pero obstinada sensación
de haber sido traicionado
por las estrellas. No temo.
Sobran los elementos para hacer
del humo mi emisario. Rocas,
troncos, pinzas de cangrejo,
astillas de navíos resquebrajados.
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