Mujer que cose en el patio

Christopher Eden

I

El patio es el lugar

donde se desparrama mi niñez

y estoy solo contigo, 

cómplice de un silencio

de abrigo negro. 

He crecido en él

como la luz que se agranda en sus paredes

con el paso del día, 

confirmando su solidez de cal. 

Siempre has estado ahí, 

                                       cosiendo

bajo el jazmín; 

una sombra entre tanto blanco, 

una sombra que parece un ovillo

de lana negra

abandonado en una silla. 

II

Recuerdo que una vez, cuando era niño,

abrí la caja de las fotos

que guardabas debajo del armario

como quien esconde un silencio

en su interior. 

Entre ovillos de lana e hilos de mercería

los álbumes pequeños con olor a memoria

me mostraban a un niño sentado en tu regazo

¿era Rafael o Manolo?

no recuerdo su nombre, me decías. 

Hoy parece mentira, locura, 

que alguien no recuerde el nombre de un hijo,

como si fuese mejor no volverse loca de repetirlo,

como si se lo hubieran bebido los peces.

¿Era Rafael o Manolo?

un nombre que nunca supe, ni que sabré,

porque una familia se calla

todo aquello que la ahoga. 

III

Te imagino siendo mi hermana

en vez de la mujer que ha parido ataúdes,

te imagino en la muchacha que baja al patio

con el abrigo colgando del bolso,

la muchacha que entra en la casa de su abuela

y la besa en la frente

con una tristeza mordiéndole la piel,

con una tristeza de nieta

que se está viendo en un espejo.

 

Te imagino perdiendo los hilos del decoro

en una discoteca, bebiendo hasta altas horas;

te imagino en un parque, en una cama, en un portón,

en el sexo libre, en el sexo del anticonceptivo.

 

Te imagino sin ser la mujer de ropa negra

que pasea agarrada del brazo de su nieto

y que deja detrás las miradas

de las otras mujeres que murmuran:

ahí va Manuela,

la que se le mató el marido

y se le ahogó un hijo en el río.

IV

Me siento junto a ella mientras cose,

contemplo cómo alza los ojos todavía

hacia el hueco de la escalera

por si bajaran sus difuntos.

A veces me toca la cara

la nariz, la boca, los ojos...

Creo que busca en mis facciones

los rasgos que confirmen

que aún queda algo de ellos en el mundo.

V

Ahora que sabes que escribo poesía, 

ahora que entiendes lo de los libros

y comprendes mis preguntas para escribirte, 

ahora, me pides que te lea; 

y mientras en el corazón del patio

se esparce todo el cielo de la casa, 

y mientras en las ventanas del patio 

murmura una olla, 

abro un libro:

                      

¿Qué puede hacer ahora una mujer

con tantos muertos?, leo, 

y tú me dices que qué cosas digo, 

que te explique, que no comprendes, 

y cierro el libro y lo coloco entre mis piernas 

y te cuento que una mujer le habla a otra mujer, 

que una mujer intenta comprender cómo la otra mujer

ha soportado tanta muerte, 

y eso te interesa, y me pides que siga leyendo

mientras tu índice entra en el dedal. 

                                                         

Los muertos siguen entrando y se te ponen encima, leo,

y ahora qué, qué significa, 

y te cuento que la mujer sufrió una y dos y tres muertes, 

que su vida fue una sucesión de ataúdes, y ataúdes y ataúdes, 

y mientras en las ventanas del patio

agoniza el último susurro de la olla, 

me exiges con impaciencia de mosca encerrada

que cómo termina, que cuál es el final. 

                                                              

Tierra tú. Para tus muertos. Tierra tú. 

Algo tendrán que comer, leo. 


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Abraham Guerrero Tenorio

Abraham Guerrero Tenorio (Arcos de la Frontera, España, 1987). Licenciado en Filología Hispánica. Ejerce como profesor de español como lengua extranjera. Ha publicado Los días perros (La isla de Siltolá, 2018). Ganador del VI Premio UCOpoética, aparece en la antología Nudos (Bandàparte Editores, 2018) y participó en el Festival Internacional de Poesía Cosmopoética. En 2019 ganó el premio MálagaCrea en la modalidad de narrativa con un relato titulado El hombre. Ese mismo año, obtuvo el LXVI Premio Alcaraván de Poesía con la plaquette Tres ataúdes. En diciembre de 2020 ha obtenido el Premio Adonáis de Poesía por su libro Toda la violencia.

https://twitter.com/abrahamtenorio
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