Un poema de Laura Rodríguez Díaz
me cubre un caballo negro
y aprieto puñados de moras
para que un zumo turbio
llene de sangre el algodón
que me desnuda las piernas
el ángel siempre anuncia
la suciedad pura del verbo
y exclama suavemente
hunde la mejilla en el limo
celebra la mano en la nuca
grita todo el cielo sobre la tierra
solo los lirios tronchados
inician el lenguaje la familia
nuestro deber es perpetuar
esta violencia
Del poemario anuncio, todavía en construcción.
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