Cinco poemas - José Olmo
Exhumación
La miseria del hombre deriva
de su incapacidad para desglosar el cuerpo
en palabras que desmenucen
su memoria
y permitan algún día
reencontrarse con los ojos
testigos de la crueldad.
Si pudiera deshilvanar con los dedos
la costura de la piel,
desarropar la cáscara
y escuchar los órganos enmudecidos
ante la urgencia del cansancio,
preguntaría
por los susurros que tiemblan en las vértebras,
por el vértigo que muerde el pecho,
por la herida del ayer desarraigado.
Quizás así
podrían nombrarse en el vacío
las lenguas que callan
en la orilla de la voz.
Capricho
Dios quiere
esconder su flaqueza
sacudiendo
un ser sin verbo
que muerde sus vértebras
para entregarse al vacío
de la memoria.
Persistencia
Cuando la infección se vierta
en la tierra sin cultivo
para enredarse en los resquicios
de la existencia,
el eco de tu espalda
gota a gota
seguirá su curso
entre las tinieblas,
seguirá su curso
en los tuétanos podridos,
seguirá su curso
en la lengua que vertebra
el desengaño.
En el umbral
La carne se consume
en la carne,
el rocío del campo
arraiga en los huesos,
pero el aire cerrado
se derrama en las cuencas
y el eco de tierra congelada
anestesia el contorno
de las cosas
suspendiéndose en un cadáver
que olvida
su nombre
su sombra
su entierro.
Apuntes de anatomía
Fíjate en este cuerpo, en sus venas abiertas,
en la piel carcomida por la soledad del silencio,
en la hondura de sus llagas.
Pon atención en cada uno de sus pliegues.
en las estrías que rodean su vientre,
en esos rincones donde las manos
de un hombre no han encontrado sosiego,
en los dedos que tocaron las arrugas
de un rostro labrado
por la ternura y los años de sol.
Observa esta lengua que se ha mordido
para pronunciar su verdad,
las encías desgastadas por la pesadez
de los ecos que tejen las sombras.
Aún desconoce el estruendo
de la piel que se encuentra
con una piel que le corresponde.
Este cuerpo tiene el impulso
de gritar al viento su clamor,
de arrojarse al vacío de las horas,
de desnudarse en mitad del tumulto
y abrir en canal unos órganos
cercados en el vacío
de las noches en vela.
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