Cinco poemas - Juan Domingo Aguilar
Qué largo es morir
Qué largo es morir durante toda una vida,
largas las películas, los domingos por la tarde,
las horas extras, tu currículum.
Qué larga la jornada laboral y los estantes del Carrefour,
las retenciones en la A- 92 a finales de agosto.
Qué larga la cola del INEM y las comidas familiares,
la cuesta de enero y las noches
desde que te fuiste.
Este poema, tan largo como la aguja
que clavarán en mi piel cuando despierte
en una clínica
y yo sea mi abuelo.
Flores secas en Stalingrado
A veces cinco días sin dirigirnos la palabra
en el desayuno, gestos de despedida
a veces antes de cerrar la puerta
como elementos decorativos jarrones
vacíos que ni siquiera hacen ruido al romperse,
a veces la culpa palpitando como un pájaro
que agoniza en nuestras manos, el silencio
como única manera de confesar
que quienes gritan en esta casa son otros,
a veces flores secas sobre el mueble de la entrada
pudriéndose como el amor a veces.
La gran familia
Mi abuelo hipotecó sus ideas
por una casa en la playa
a siete plazos,
uno por cada hijo.
Desde entonces cargamos
sobre nuestras espaldas
un ataúd lleno de sal.
Saliendo de la estación de Atocha
Ella se fue dejándote solo en la cama.
Con la frente húmeda de tantos besos tristes
y los ojos cerrados por el cansancio, te levantas.
Te arrastras hasta la ducha esperando que el vapor
difumine las imágenes que juraste no volver a crear.
Tus recuerdos son prótesis para un cuerpo mutilado,
piensas mientras las cafeteras escupen humo
como una locomotora o el cruel recordatorio
de los fugaces momentos en los que se esconde la vida.
Un tren se marcha dentro de dos horas,
esperas sabiendo que lo que intentas evitar
es lo que arrastras contigo, siempre.
Entonces vuelves triste a pasear por las afueras,
espías por las ventanas el interior de las casas
tan perfectas como desde lejos parece
la vida de los demás.
El tejar
Madre, por qué cuando era pequeño
y jugaba con los primos a tirar piedras
sobre el tejado de casa,
no nos dijiste que el futuro
caería sobre nosotros
con la misma violencia.
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