La playa
El animal no está. Ha sucumbido. Rezó a Dios. No cabía el dolor en su cuerpo. Estaba solo.
El animal mató al animal para así tener voz.
Ahora,
una nana suena en
la boca del mar. Ven a mí
pájaro herido. En mi sombra,
habita tu vuelo.
El animal vuelve.
Quiere tener un único ojo-tacto-oído-lengua-boca-corazón. Quiere ser
manantial. Un abismo:
un alambre: una piedra
suave. Caricia que cae
pero no hace ruido.
Dice:
Tengo llena de piedras la lengua,
tengo la boca en el barro.
No hay costilla. Está
solo el hombre. Habla solo el hombre
solo habla
a la piedra. La fe.
Dice:
Padre.
Implora. No le sirve con la voz. La voz es la nada. La voz es el ruido. El ruido es insoportable. Atasca los segundos. El animal tan sólo quiere la piel. El hombre también. El animal no puede conocer los nombres. Desea comerlos. Solo quien come conoce el sabor, la textura, la entraña pura del nombre. El animal se lanza a lo hondo. Desea
la vida. El hombre
también.
Dice:
Mamá, los niños tienen la piel de elefante. Los hombres tenemos la piel como una mariposa fina. Hasta el viento más dulce nos quiebra.
Mira al cielo. Padre
llaman
al silencio.