Un poema de Isaac Freire
Gritte
Cinco agujas después de la muerte
órgano silencioso
niños gritando en toda dirección y escondiéndose.
La agujeta de la flor en la esquina de la pestaña
y el sudor de la letra
en todo poema de barco agitado en el sur
Baja y sube mi tristeza
y la savia del árbol se enreda con mi sangre derramada
Ojo de perdiz
ladrillo que se estrella en el cañón de humo
Las palomas descienden incendiadas del cielo
y algo ocupa el sitio de otras cosas
Todo pone huevos en la semilla y todo engendra vientos
y grullas pequeñísimas
Solo los poetas y los niños vuelan.
Y siempre les reprendemos por no saber aterrizar
ni encontrar cuerpos a oscuras
poesía. Así era el mundo antes.