Tres poemas - María Belén Milla Altabás
Los bienes deseables
Ninguna épica en vadear arriesgado
en la fuente de soda
yo era un muchacho sencillo
como un mueble
me pareció verte era
lo que me decían siempre
me pareció verte en la calle 5
paseando a un perro marrón y alto
me pareció verte pero yo
nunca estaba en esos lugares
mis caballos no ganaban nada
mi mano era mala
la merienda difícil
el cariño me llegaba como el olor de una
barbacoa en la casa vecina
con hermosos niños y jazmines
y cubertería de plata
ojalá funcione decía
ojalá un perro grande
sentado en las puertas
parecía bravo tu perro
muerde?
y supe
la única manera de expresar el amor
es negándolo
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Tres o cuatro cosas
Desangelada y acompañada del alumbrado público
amé en el fondo de una ciudad grave
como se ama en las ciudades graves
con imágenes limpias de las llegadas
con herramientas de calor
aprendiendo a temer lo que habla
terso y boca abajo:
un tipo de amor alejado, cociente, mi
novio aritmético ensayando su mejor
valor cuantitativo: un pétalo de algo
mi novio arrítmico
y el número de sus hermosas
circunstancias donde me afilaba los bordes
donde toda la crueldad del país
se comía como un pastel decorado
nuestro mejor capital social
mi corazón, no
lo maten
su ánimo es controlado, solo
un carasucia emocionado
parece un encaje de novia, parece Navidad
parece un
ganso dormido
si yo fuera el mejor niño cazador
diría de la vida tres o
cuatro cosas
apretaría tres o cuatro cosas
cargaría a las presas sobre mis hombros
tocaría mi caballo hacia la izquierda
hacia el lado flaco
acumularía todo lo más líquido
no sería poeta
no atravesaría dócilmente las ventanas
solo tocaría mi caballo
y sus variaciones de caballo: un poco de tristeza
como un trapecio
un movimiento claro muy solo
sin lírica sin suavidad: un caballo endurecido
odiado, ningún sujeto delicado solo mi
caballo tocado
solo mi presa
tendría la sonrisa luego muy
juntita
como una cicatriz en la cara
nadie me cargaría dócilmente
sobre los hombros
San Sebastián
Tal vez me yergo
esperando a ocurrir
erguido mi amor dije
completaría la más vertical de tus regiones
pero me encontré de casualidad al fondo
de tus cosas, la intrusa
dije soy el pájaro más oscuro de este lugar
tal vez me desangre con belleza si
hay alguien para notarlo
solo atravesada por flechas se toca
lo divino
oh lo demás es
solo un juego
en el que cambiamos cualquier sustancia por
su efecto moviéndose en nosotros
si somos una serie continua de transacciones: mi
amante, el marido de otra
me lleva hacia el lugar en que nos otorgamos valores,
un conjunto establecido bajo otras premisas
un lugar con peso concreto, medible
donde uno se inicia
y se acaba
no procrearemos ningún hijo que vaya
a repensar el mundo
ningún hijo nuestro se ablandará por
nosotros
no habrá renovación de fe
no se moverá el afecto
mi amante dice
me tienes extraño
chisporroteando, su forma
de trasladar la luz
y procede a besar el costado pelado, el costado
que no tiene palabra, algo de mí
lo recibe y puedo
verla con claridad
puedo ver
la columna a la que me atan