Los huesos, como vasijas radicales de la historia, merecen la contemplación de la palabra. Respiran por sus cavidades, son órganos vivos: estructuran el cuerpo, lo mantienen firme, lo levantan y lo hinchan de sangre nueva. Trabajan con el corazón, rejuvenecen el cuerpo para mantener el pálpito constante. Los huesos son levantamiento, oxígeno, gravedad, fuerza, memoria y destino.

Adalber Salas Hernández profundizará, en esta sección exclusiva de Casapaís en línea, {Columna} vertebral, la metáfora del hueso humano como revelación y ventana: la poesía del sistema óseo en todas sus formas, giros, libertades y quebramientos, hueso a hueso, hasta que no quede uno solo sin mirar e indagar, las historias y la sangre de la palabra, hueso adentro.