Un poema de María Luna de la Cruz
En verano el río
venía hacia nosotros,
las lluvias abundantes
lo arrastraban a casa
la calle como una
extensión de ese río
marrón, violento
se llevaba los autos y los árboles,
lo que encontrara por ahí.
Una vez el caudal marrón
se abrió paso por la puerta de casa.
Nosotras nos subimos
a la mesa del living
mi hermana Manuela con tres años
y yo con cinco
vimos flotar las medias, los zapatos
por el agua espesa que avanzaba
marrón, cubriendo todo poco a poco
Manuela dijo
«diosito está vomitando»
vimos también
a mamá y papá
sacaban el río
de la casa a baldazos.