Seis poemas de Valentina Paolini
Cómo van a verme buena
si me truena
la vida en las venas.
¡Si toda canción
se me enreda como una llamarada!
y vengo sin Dios
y sin miedo...
María Calcaño, Grito indomable
amar es mi verbo genealógico
mamá no se traduce, se traslada de acontecimiento en acontecimiento:
del vientre hinchado a una foto tuya bailando en 1974 o 75,
del plato caliente al abandono del hogar,
de la bofetada al abrazo ingrato,
de la náusea al primer encuentro de los labios,
en el acercamiento primitivo: (m)amar
mi lengua materna salió de la costilla de Eva
mi lengua materna es el embrión de una palabra,
el quejido, la réplica, el ladrido, el suspiro
un verso crudo y febril que nace de las entrañas
cuando se pide amar con locura
amar a veces mal, a veces sin saber cómo decir las cosas
a veces queriendo tejer todas las palabras que conozco
unadetrásdeotra
pero también tengo la certeza repentina
de que tu abrazo fue mi primer silencio
y de que en tu leche me trajiste la ternura calladita
de una lengua que no siempre necesita palabras
por eso a veces también hablo amasando arepas en la cocina
como mi madre ama(sa)ba cuando se iba la luz
como su abuela ama(sa)ba a la hora del desayuno
y quizás es por eso que aprendí a leer repitiendo
mi-ma-má-me-mi-ma
en el este también se llora,
porque si el corazón se ablanda antes degollar a la bestia
es que su muerte será más dolorosa
aquí diciembre tiene la piel gruesa, el invierno amansa la leña
y los angelitos no están cubiertos de seda ni tienen alas
visten de osos y cabras, llevan estrellas de palo
y cuando cantan hacen brotar promesas de amor en la hierba
las mujeres les traen mandarinas, manzanas y trenzas de pan
en sus delantales que mecen como canastas
aquí los querubines son bombones colgando del árbol de navidad
y en la semilla aguarda el silencio de una caricia joven que tiembla
apuntes sobre el campo
pusiste en mí tu primer silencio
como el rayo que se despega de la noche
e irrumpe la tierra para perforar la raíz
si en la poesía el corchete indica que un verso emigra
[que carece de refugio
el arte también es una separación
pero en ti no existen fracturas
porque allá de donde vienes
se dice que la eternidad nació en el pueblo
la eternidad es
a) los primeros ruidos de la mañana
de pavos, gallinas y abubillas
del crujido helado de la ropa tendida
b) flores blancas, lágrimas en primavera
c) mi cuerpo, una casa sin huesos
soy la ciruela madura a punto
[de
[caer
volveré al verso para acurrucarme al margen de este silencio
antes de que el mundo descubra mi madriguera
antes de que el sol parta la espiga
las hojas muertas según remedios varo
cuando abriste tu ventana para dejar pasar mis hojas muertas,
me desnudé entera de esta sombra errante
y me senté a deshilachar el verano fuera de mí
del que ya no quedaba ardor ni corazón con el que extrañar
y aunque mi soledad tenía la infinidad de un pasillo obscuro,
fui soltando las aves que por dentro guardaba…
tu cuarto era ocre y el aliento de la tarde olía a castañas
mi otoño tenía el pecho abierto de un petirrojo
yo estaba en el musgo, las setas, llenaba todos tus rincones de liquen
era la hoz que segaba la niebla, era el nido abandonado
parecía que dejaba de tener cientos de años y amores malos
me sentía por fin en el alma de todas las cosas
miniatura de sicilia
nos quedan menos claveles sobre la mesa
el mar se despeinaba entre mi silencio y tu silencio
éramos mapas disueltos sobre la arena
y las olas me decían:
palabra nueva
cada es una patria a cantar
la que
la luz se desintegraba sobre tu cuerpo
eras dorado, eras las rocas y tus palmas naranjas recién cortadas
y tus dedos parecían las arterias de un sol decadente
tu sombra tenía la forma ligera de hojas y adelfas
pero es diciembre y nos quedan menos claveles sobre la mesa
cuando pienso en el que eras aquella tarde
mi memoria tiene calor y me aprieta el verano
ni las montañas ni los volcanes volverán a ser lo mismo
mi lengua es un fuego
vi pájaros nacer a las orillas de un mar sin agua
donde el primer fuego no surgió de los volcanes
y el hambre y la sed se saciaban con la invención de palabras nuevas
cuando las poetas hablaban todavía con las manos
y las pisadas de sus garras eran letras sobre la arena mojada
los árboles tenían entonces nombres que no conocías, tampoco se les caían las hojas
y el viento traía cuentos de otras tierras que no cabían en tu mapa
pero si mi existencia en tu historia es tan cautivante como la primera canción
un mito recién nacido
medio loba y medio gacela, huérfana y verde
sin pecado cometido ni delirio confesado
entonces, ¿cómo era yo al principio de todo?
antes de que el color de la tierra existiera solamente en tus ojos
antes de que me invocaras en el interior de una cueva
y me adornaras con vidrios a la sombra de una chispa
antes de que me creyeras sibila y salida de un arroyo
con la textura de nenúfares blancos y las caderas de barro
como si antes de ti no hubiese vivido guerras…
yo ni de arcilla ni de cera me hice alas
porque aprendí fue a caer como lo hacen los héroes
déjate abrazarme, apriétame y siente la piel viva
siente los huesos en añicos, la cicatriz abierta, el puño de la daga
siente las ruinas de mi templo profano
este cuerpo habitado de fantasmas
porque de esto están hechas las tormentas
de carne irreverente que también se desmorona
yo yo yo yo
soy la profeta que conjuga este amor en primera persona
para salvar mi lengua de una muerte prematura