La costumbre del no saber estar
Camino pegado a la pared agarrado a
piedras pegándose a las manos ante una tarde que promete no cambiar: mojada y naranja
Puedes ver cómo te hiere la luz con el brazo extendido
Un susto lento de posibilidad
alrededor de la diversión de las gaviotas,
y te hago un cuenquito con las manos por si llueve
y tienes sed