La vivencia primordial
Una mirada junguiana sobre el acto creativo en poesía
1.
La relación entre el acto creativo y la psicología analítica tiene una profusa historia, que va desde el uso terapéutico de diversas formas de creación —que incluyen el juego y la representación figurativa de procesos psíquicos a partir de distintos lenguajes artísticos— hasta el cultivo de la imaginación activa en todas sus formas. Incluso el mismo proceso terapéutico, enmarcado dentro de una relación analítica con un profesional de la salud mental, puede ser considerado una creación, en la medida en que la subjetividad del analizante se vea, se reconstruya y se transforme a sí misma. Sin embargo, cuando enfocamos la atención ya no en el proceso sino en el momento creativo, es decir, entre la aparición de la idea y el trabajo del oficio artístico, ingresamos en una zona muy difusa, que al parecer no puede ser domesticada a voluntad y donde lo que ahí se vive nunca es del todo propio.
La impropiedad de la idea, del germen, de la inspiración, radica en el hecho palmario de cómo esta llega a la conciencia: súbita y gratuitamente, como si hubiese sido arrojada por algo, donada. En la superficie del yo, donde había un cierto equilibrio, más o menos conocido, emerge algo distinto, nuevo; irrumpe un sentido y, a veces, una forma, que trae consigo una capacidad energizante muy particular. La cualidad de eso nuevo, que impele al artista a hacer algo, no es otra cosa que la numinosidad, una fuerza expansiva que busca hacer un lugar en el mundo para lo que adviene con ella.
Aunque quizás el acto creativo se le presente más o menos de la misma manera a los representantes de todas las disciplinas, sean trabajadores manuales o intelectuales, astrofísicos o escultores, no es nuestra intención hacer una fenomenología de eso. Lo que nos interesa es acercarnos a la particularidad del acto poético, al que podemos definir tentativamente como el proceso que va desde la concepción de la idea inicial hasta su consumación material, en donde entre la una y la otra media la elaboración por parte del autor.
En lo que sigue vamos a trazar límites en una zona difusa, a la que nos referiremos con expresiones como escritura arquetípica u obras de carga simbólica. Con eso pretendemos comprender un fenómeno vital desde categorías orientadoras, para pensar si es posible construir un marco junguiano que permita comprender el acto creativo en poesía. Para eso vamos a echar mano de un texto no tan citado por la crítica junguiana, Psicología y poesía, incluido en Formaciones de lo inconsciente, pero también a la palabra de May Sarton y Fabián Casas, poetas que en distintos ensayos y entrevistas asumieron explícitamente la influencia de la obra junguiana en sus vidas.
2.
En Psicología y poesía, Jung distingue entre dos tipos de creación artística. Sostiene, por un lado, que habría un tipo de creación psicológica, ligado estrictamente al dominio de la experiencia humana, fácilmente reconocible por moverse, en su potencial figurativo, dentro de los límites de lo cotidiano; pero también, por otro lado, que habría un tipo de creación visionaria, que «...exige comentarios y explicaciones; [en la que] se está admirado, asombrado, confuso, desconfiado o, peor todavía, hasta disgustado. Nada resuena del dominio de la humana vida diaria, pero se vivifican sueños, angustias nocturnas y vislumbres siniestras de las tinieblas anímicas»…