Cinco poemas - Carlos Catena Cózar
Escapismo
errante y extranjero serás en la tierra, sin poder descansar jamás.
GÉNESIS 4:11
I
Como el ruido de los aviones,
que no se oye pero impide escuchar
a quien viaja a tu lado,
así la duda:
¿puede este avión caer
por el peso de sus pasajeros?
Expulsamos el humo negro del error,
nos envuelve, forma
la nube densa de un tornado.
¿Por qué habría nadie de llamar
belleza o historia
a esta piedra de Sísifo de una
y otra vez hacer las maletas,
despedirse,
cavar unos cimientos nuevos?
¿Por qué iba nadie a fantasear
con esta vida:
recorremos el camino una
y otra vez en busca de un accidente.
II
No debo escribir sobre aviones:
emergen constantes del tornado
y contaminan el poema.
Cuántos minutos de oxígeno
robo al lector
cuando en el poema me lamento
por algo a lo que nadie me obliga.
No debes romantizar los aviones,
dijo un examante sin leer
ni uno solo de mis poemas,
y yo me enfadé tanto
que quise montarme en un avión
y marcharme.
III
Vago por el aeropuerto,
voy cargado con maletas,
escondo libros en los bolsillos,
cruzo los dedos para no pesar más
de lo que la aerolínea considere
que debe pesar una vida.
También marcharse está prohibido,
dicen ahora las autoridades y hay
un océano de peces sin agua
vagando por los pasillos del aeropuerto.
Buscan la solución a sus problemas:
el aburrimiento, la pobreza, la certidumbre
de que tampoco tú
harás mis días felices.
IV
Dirán fuga o dirán éxodo,
quizá una palabra como diáspora
que —tan linda—
incluye la reproducción y las aventuras
de la semilla hasta ser hongo.
Es en realidad un avión
de gente triste, un castigo
del gobierno o los dioses.
Qué pueden hacer
en el aeropuerto los padres,
dicen adiós y sonríen.
No es de todos este miedo
al ojo del huracán:
es un avión
envuelto en nubes negras
donde nadie espera de tu boca
siquiera una palabra.
Hechizo
Solo quien lleva años
observando desde la barca
día y noche la orilla
aproximarse lenta,
llegado por fin
un día a la orilla,
no baja de la barca
y corre tierra adentro,
sino que
se sienta junto al mar,
hace un dibujo del agua.
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