Cuatro poemas - Senén Orlando Pupo

Dorothea Oldani

Yo partiré una tarde

Yo partiré una tarde hacia lo ignoto

porque así lo ha dictado la metralla 

de los días, disparos donde ensaya

el amor la agonía de lo roto. 

 

Yo partiré del tiempo de una foto

tomada en los caminos, en las playas,

en los patios felices donde acalla

la llovizna el matiz de lo remoto. 

Marcharé por un trillo desolado

a la pequeña estancia donde entona

su perenne canción la sobrevida.

Desapareceré lento, borrado

de toda soledad como persona,  

ardiendo entre palabras encendidas.

Yesterday

Al centro más azul del bosque amado,

me quedo con tu esencia de árbol vivo.

Pasaron años, tórridos, esquivos, 

pero el tronco de ayer ha retoñado. 

No termina el fugaz amor cobrado

con besos de inocencia, los motivos

que te hicieron partir han caducado

y hoy son fuente de luz en el camino.

Si ayer pudo la noche ser más pura

ya nada evitará la sobrevida

que me espera en la senda fatigosa.

Pues ya será razón y no locura

la que atice la hoguera de la vida

o coloque una flor sobre mi losa.

Deriva de contrarios 

En el país de los gorriones, 

quién decide: 

deben trinar a toda hora 

         en la ciudad, 

         en el polvo, 

o en la luz. 

En ese mismo sitio preferido 

quién impone,

las migajas de cada cual,

          las deyecciones,

          armonías,

o el silencio.   

¿El que ignora 

el perdurable ritmo, 

no dispone, también, otras torpezas?   

         Talar un árbol, 

         hacer fuego, 

hervir la vida.

El reino del bien

En el reino del desfile, 

la gente responde bien a todo. No ha llovido 

y el verde prevalece en la memoria de los cuerpos. 

Orinan y lloran. Escupen 

         sobre la tierra de la estirpe. 

¿Y la salud? 

¿Y el trabajo? 

¿Y la lluvia?  Bien. 

         Bien. 

Bien.

Una vez, yo mismo sembré una rosa para el reino, 

destinada a una mujer que añoraba ser madre 

y me fui por los senderos descubiertos 

a cultivar la felicidad para ella. Pero la inocente, 

la trascendida por la inquietud del amor 

ya había oído a hablar de la rosa de los vientos, 

y salió al mar a descubrir otros paisajes,

otras estrellas en la vacuidad del aire. 

Antes, había sido mi padre el que partió 

         a los cañaverales 

en busca del sustento familiar, 

ignorando que ya nos sostenía una consigna, 

un destino trazado por las euforias. 

En el reino del desfile

la gente también pregunta por la muerte.

Viéndola cruzar entre tataguas al anochecer, 

preguntan

         ¿y la muerte?

Pero los convencidos, 

los que dibujamos un puente sobre el arroyo seco 

         del reino, 

respondemos: Bien. 

         Bien. 

Bien.


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Senén Orlando Pupo

Senén Orlando Pupo (Fray Benito, Cuba, 1973). Es autor de los libros Poemas descalzos (1992). Poemas para alcanzar a los halcones (1995). Palabras de Vidrio (1999). Sin herir al cordero: antología poética (2002). Páramo de perseguido (2020). Materia corrosiva (2020) y El hombre que llovizna tenazmente (2021). Su obra ha sido incluida en varias selecciones de poetas cubanos dentro y fuera del país. Premio Santiago de Cuba de Poesía (1997) y Gran Premio en el VI Concurso Internacional de Poesía “La Palabra de mi Voz” (2019).

https://twitter.com/PupoSenen
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