Cinco poemas - Diego Medina Poveda
ESTO NO ES POLVO ENAMORADO
Amor, esto no es polvo enamorado,
en mí no está el incendio. Es la Tierra
la que arde, es la Tierra que es ceniza
de árboles calcinados, de animales
huyendo de unas llamas verdaderas,
no del fuego que inventan los amantes
ni de un dolor dantesco. Aquí el infierno
está muy vivo, aquí el aire se cuela
por dentro de la sangre y los pulmones,
y es el amor, en este mismo instante,
el agua del bombero y no el lenguaje
de un poema de amor de fría llama.
No hace falta la hipérbole del mundo.
Recuerda que tú y yo seremos árboles.
DETRÁS DE LA PANTALLA
Miro, lejano y solo,
en un salón con muebles compañeros,
arder tras la pantalla un mundo inerte.
Con el dedo lo toco como un niño,
y ni siquiera, a flor de carne, duele;
ni siquiera me quema su alarido,
ni escucho el fuego humano de la muerte.
(Un gran abismo hay en este cuerpo,
urdido a la verdad que nos circunda:
no escucha en su caída aquel silencio
de una mano agarrada a su cintura).
No hay amor, escafandras son las noches,
tejidas en la piel con mil suturas.
Aborrezco el insomnio: a veces pienso,
cuando miro mi sombra en las paredes,
que más que ser un hombre soy un muerto,
y me digo que quiero algún dolor,
alguna herida, algún desprendimiento
del ser anestesiado que padezco.
Quizás así se incendien nuestras nadas,
quizás así se ahogue nuestro tedio,
y nos duela el amor como un poema,
y nos duela el horror sinceramente,
más que una imagen, como un cementerio.
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HABLO DE AMOR
Claro que hablo de amor
porque es amor también esta mentira
cuando el poema añora la nostalgia
de un futuro escondido entre visillos
de unos pasos que vuelan
en el vientre profundo de los pájaros
claro que hablo de amor
cuando hablo de abandono y resplandores
sumidos en lenguaje que no sirve
para absolutamente nada
tan sólo para ser mi abismo en otros ojos
contagiar mi tiniebla en otra sangre
claro que hablo de amor
porque es amor también esta malgana
y este morirnos a cada segundo
tú lector en el límite del verso que ahora escribo
y yo en el infinito élitro que hundo
en un amor vacío pero claro
que hablo de amor aunque nunca
tenga mucho sentido
DESLUMBRAMIENTOS
Tampoco estoy sin ti tan mal ahora
salgo a la calle paseo y procuro
no pisar tu recuerdo en ningún
zapato de otra muchacha extranjera
o en un lugar donde fuera el lenguaje
como el agua caliente que se escapa
pero quema
porque es aquí en este fulgor raro
de algún dolor desconocido
donde tropiezo inexplicablemente
⸺mirando siempre el sol -algo me ciega⸺
A veces no entendí ni una palabra
(ella hablaba francés y yo no sé qué lengua…)
Quizás en esa luz mezcla de sueño
y profecía ⸺región extraña⸺
tuviera el amor algún sentido
No estoy tan mal sin ella ahora
me dedico a escribir y a deslumbrarme
para dar con mis huesos en la acera
A TIENTAS
Digamos que el amor no se sostiene
que nos bate y gravita al mismo tiempo
como el ala arruinada
de un ave victoriosa
digamos que es su canto y su silencio
la absurda melodía que conmueve
el esplendor que va
más allá de los cuerpos
una alegre
letanía de mimbre que se anuda
al calor de la sangre a su delirio
digamos que el amor no pertenece
ni al templado rigor de los amantes
ni a la simple razón (im)pura
ni siquiera a unas leyes perfectamente humanas
Quiero pensar que nadie sabe su secreto
que solo a tientas
ahora como un ciego tras un niño
le voy palpando su lenguaje nuevo
y hago con palabras sus palabras
hasta encontrar la llama que no existe
pero quema ⸺ este aire que atraviesa
el poema que escribo el poema
que te besa en los ojos y acaricia
una imagen
digamos que esa imagen
es el amor que aquí en un final
al trasluz de una página
a ti y a mí se nos refleja