Cuatro poemas - Marta Ruiz López
hacer la colada en un barrio de la periferia
en un movimiento casi flamante
veo colgar de los balcones banderas coloridas
-aunque prefiero ver a mi vecina colgar los trapos que acaba de sacar de la lavadora-
los colores primarios se reparten el espacio de la tela
los gritos que la enarbolan esconden su causa
no sé si esta abrigará o será como las otras
paños calientes que no alimentan ninguna boca
cuando se visten con ellas yo solo las recuerdo colgadas de algún balcón
y me viene a la memoria su color pudriéndose por el tiempo que las oxida
nada pueden hacer con el sol cuando las deshace
me evocan a la piel en verano que pierde su color por el daño de esos rayos
yo no sé de banderas ni de ropas ni de paños
yo quiero izar en los balcones los trapos sucios de los que rezan a las banderas
yo quiero ser trapo y que me rindan pleitesía me abracen me acaricien me besen
yo quiero que el sol nos tueste como en verano
y que el trapo tampoco sea capaz de cubrirnos.
*
edifico sobre los cuerpos la palabra hogar
me dicen yo vengo de paso un rato un momento
mientras espero que esta mañana cuando el sol nos roce los párpados aún cerrados
se prenda un fuego que no arda como las ascuas de la chimenea en el brasero pero caliente
el sol atraviesa las persianas y pienso en una infancia en la que quemábamos a las hormigas
con la lupa y quiero que el sol haga lo mismo con lo nuestro
que lo encienda pero sin culparme a mí del devenir
edifico sobre tu cuerpo sin preguntar acerca de los cimientos de un futuro
porque soy incapaz de pedirte que no te vayas
Publicidad
*
el invento de la patria
en este afán de permanencia y pertenencia establecemos este país como nuestro
en contraposición a los demás
esta es mi patria del latín pater
marcamos sobre una orografía infinita para nuestros ojos
nuestra posesión
los países son construcciones
los países no existen
las patrias son un invento del padre
que no quería que su hijo cultivase otras tierras.
*
no sé qué es el amor
no sé materializar esta tensión inherente que existe entre nuestros cuerpos
ni siquiera soy capaz de establecer una frontera entre túyyo cuando interaccionamos
la ontología y el sentido sobre este sentimiento me impide conceptualizar
qué es el amor me preguntas qué somos te devuelvo la cuestión
intentas que resuelva tu duda mientras espero que establezcamos este contrato
aunque ya nos une
el amor es una construcción capitalista sobre la posesión
un vínculo entre dos estómagos hambrientos
una cama de noventa centímetros en la que desbordamos por ambos lados
la incertidumbre del futuro y la esperanza del mañana
el olor del café recién hecho cuando llego a tu casa temprano
tus manos cuando crean la forma de un cuenco y yo me lanzo a ellas para lavarme la
cara el frío la corriente de las ventanas el jabón que me irrita los ojos pero tu tacto
¡ay, amor! yo nunca sé cómo definirte
solo sé que cuando tu roce me despierta en un día laboral -todavía sin trabajo-
yo no pienso en la muerte.