Poesía de Boris Cruz
Lejos de la superficie
El fulgor se ha ido
un estrépito cubrió de oscuridad
hasta el lugar más claro
de mi infancia.
Una tormenta es solamente
millones de promesas
cayendo
lágrimas destrozándose
sobre un pecho desnudo.
No te preocupes, me digo
deja caer tus sueños sobre la tierra.
No será la primera vez
que alguien se aferre
a aquella roca perpetua
y salte al agua.
Porque mientras más lejos
de la superficie
más cerca estaré de entender
por qué hay días
en que no puedo moverme
y por qué hay días
en que me muevo tan rápido
que soy capaz de atrapar
un destello
y darle forma
al barro iluminado
que la lluvia arrastra.
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Reflejo
El cielo se ha quebrado
como un espejo
y en cada pedazo
descubro un estanque vacío
en lugar de mi frente
una flor oscura
en lugar de mi pecho.
El calor y la lluvia
transformaron en vapor
mi ternura
hicieron de mí
un caballo delgado
a la deriva
tomando el sol
en un jardín
donde nada puede crecer
ni comenzar.
Mi corazón ya no se abriga
en la tierra
solo quedan pétalos
desprendiéndose
de mi espalda
y un brillo pálido
que tanto tiempo confundí
con mugre en mis dedos…