Poesía de Elías García

Pico y bosque

 

Lejanas,

las sombras ardientes

—que jugaron en tus calles

y volvieron al día siguiente, 

desbordadas 

algunas sobre los charcos

o besando el papel—

luego de encender

a esta pila de ojos frenéticos 

posados en tus hombros,

mueren.

Después de comer,

cada noche, las matamos.

Calma el hambre

mas no fecunda ni un pecho

la cautela de sus nombres,

ni la nostalgia encauzada

por el silbido remoto 

de sus manos:

no sólo tenemos hambre,

también tenemos propio nombre

detrás de los ojos,

y tenemos pico y bosque

y espacio en el pecho 

para que nazcan los árboles.

 

Y ya nos basta con esta nostalgia.

 

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Niños sobre la yerba

 

Los cuervos 

manos de hombre

le arrancan los ojos 

a los árboles;

 

la savia

memoria de árbol 

es la sangre de los juguetes 

del parque;

 

los niños

hijos del tiempo

juegan a probar su muerte

sobre la yerba.

 

los niños

la savia.

 

y los cuervos

 

   hijos del parque

devoran entraña de árbol

sobre la yerba 

 

los cuervos 

la savia.

 

y los niños

 

   manos de árbol 

le arrancan los ojos

a sus padres…

Elías García

Elías García (Habana, Cuba). Ha publicado textos ensayísticos en la revista Cuerpescritura. Integrante del laboratorio de escrituras Encrucijada, que dirige Elaine Vilar Madruga.

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